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Línea Verde
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El 28 de marzo de 2005, tres crías de lince ibérico —Brezo, Brecina y Brisa— nacieron en el Centro de Cría en Cautividad de El Acebuche (Huelva), gestionado por el Organismo Autónomo Parques Nacionales (OAPN). Este momento no solo representó un éxito científico y logístico, sino que marcó un punto de inflexión en la conservación del lince ibérico (Lynx pardinus), una de las especies más amenazadas del planeta. Veinte años después, celebramos un legado de compromiso, ciencia y cooperación institucional.
Cuando comenzó el Programa de Conservación Ex-situ en 2003, el lince ibérico estaba al borde de la desaparición, con menos de 100 ejemplares en libertad. El objetivo era ambicioso: garantizar una reserva genética, criar ejemplares en cautividad y preparar su futura reintroducción en hábitats naturales mejorados.
El nacimiento de la camada en El Acebuche fue el primer fruto de esa estrategia, mostrando que la intervención humana bien planificada puede revertir situaciones críticas de pérdida de biodiversidad.
Desde entonces, los centros de cría del OAPN han sido cruciales. En El Acebuche y en Zarza de Granadilla (Cáceres), incorporado en 2011, han nacido 291 cachorros, muchos de los cuales han sido liberados en entornos naturales seleccionados en Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Portugal.
La liberación de estos linces no solo ha reforzado poblaciones silvestres, sino que ha contribuido a su expansión geográfica más allá de sus últimos refugios, integrando ecosistemas que antes habían perdido a este felino emblemático.
Gracias a una combinación de esfuerzos —cría en cautividad, reintroducción y mejora del hábitat— el estado de conservación del lince ibérico ha mejorado notablemente. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha actualizado su categoría de “peligro crítico” a “vulnerable”.
Este cambio en la Lista Roja es mucho más que un ajuste técnico: es un reconocimiento internacional al modelo español de conservación, basado en la colaboración entre administraciones públicas, técnicos, científicos y entidades conservacionistas.
El caso del lince ibérico se ha convertido en una referencia mundial en la lucha por la biodiversidad, y un ejemplo práctico de los beneficios del enfoque One Health y de conservación integral. Además, su recuperación ha traído consigo mejoras indirectas en el entorno: la restauración del hábitat ha favorecido otras especies autóctonas, generando sinergias positivas para los ecosistemas mediterráneos.
Detrás de cada nacimiento y liberación hay un equipo humano multidisciplinar que incluye veterinarios, biólogos, ecólogos, técnicos forestales y educadores ambientales. El éxito del programa es fruto de la constancia y el compromiso a largo plazo, valores que resultan esenciales cuando se trata de revertir procesos de degradación ecológica.
¿Cuándo comenzó el programa de cría del lince ibérico?
El programa ex-situ comenzó en 2003, con el primer nacimiento exitoso en 2005.
¿Dónde nació la primera camada de linces ibéricos en cautividad?
En el Centro de Cría de El Acebuche (Huelva), gestionado por el OAPN.
¿Cuántos linces han nacido en cautividad en estos 20 años?
Un total de 291 cachorros, muchos de ellos reintroducidos en la naturaleza.
¿Cuál es la situación actual del lince ibérico según la UICN?
Ha pasado de la categoría “en peligro crítico” a “vulnerable”, gracias a los esfuerzos de conservación.
La entrada El renacer del lince ibérico: 20 años del nacimiento que marcó un hito en su conservación se publicó primero en Ambientum Portal Lider Medioambiente.
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